Reinventar la gestión cultural

En The Opera Atelier, creemos firmemente en el poder transformador de la Ópera, un arte multidimensional que une música vocal e instrumental, teatro, literatura, poesía, artes visuales y danza. Hoy en día, la Ópera también abre espacio a innovadoras expresiones artísticas, incluidas las manifestaciones artísticas tecnológicas. Está claro que la Ópera es un medio excepcional para la expresión artística. Asimismo, estamos convencidos de que la educación musical al estilo atelier, basado en la experiencia directa dentro del mundo de la ópera, deja una huella profunda en nuestros estudiantes, artistas, público y participantes. Esta vivencia les permite experimentar y comprender las emociones, la bondad, el significado de la vida y, por supuesto, la belleza y la grandeza del arte. Por eso, cada día, los líderes de nuestra organización nos levantamos con el compromiso de avanzar en nuestra misión de “crear comunidad y promover la transformación mediante la Ópera, la educación y la acción social, en sinergia con otras formas artísticas y disciplinas”.

Sin embargo, para lograr esta misión, no podemos hacerlo solos. Necesitamos el apoyo de artistas, educadores, estudiantes, voluntarios, organizaciones culturales, fundaciones, instituciones públicas, audiencias y donantes que reconozcan el valor de nuestro trabajo y compartan la pasión que nos mueve.

El año pasado, las organizaciones artísticas en Florida enfrentaron el veto del Gobernador a los fondos para las artes. En Miami, la demora y la incertidumbre en la asignación de subvenciones amenazan la continuidad de iniciativas fundamentales como la que desarrollamos en The Opera Atelier desde hace más de 13 años. La burocracia y la falta de agilidad en la gestión de recursos nos han obligado a posponer eventos y programas claves, afectando la difusión de los eventos de nuestra temporada, así como programas educativos y de acción social, con los cuales llevamos a cabo nuestra misión día a día.

Por ello, respaldamos iniciativas que reduzcan las actividades improductivas tanto para los artistas como para las instituciones privadas y organismos públicos. Creemos que es fundamental reformar aquellas áreas que no aportan valor ni apoyo a la labor artística, priorizando el acceso oportuno a los recursos esenciales. Nuestro objetivo es llevar el arte a las audiencias y fortalecer su impacto en los ámbitos artístico, educativo y social, promoviendo la creatividad, la imaginación y la conexión humana. A través de estas acciones, también impulsamos el pensamiento crítico, la generación de empleo y el crecimiento económico de nuestra ciudad. Solo así consolidaremos a Miami como un verdadero epicentro cultural.

Un desafío: la burocracia y el ya tradicional retraso en los recursos

Cuando las organizaciones artísticas culturales de un país enfrentan con frecuencia procesos burocráticos que retrasan la entrega de subvenciones y otros recursos esenciales es inevitable que se genere una repercusión negativa, la cual se extiende a toda la cadena de actores involucrados; desde las audiencias, hasta los propios organismos públicos y privados participantes. Estos obstáculos dificultan la planificación de las organizaciones de arte y requiere que los artistas dediquen aún más tiempo valioso a gestiones administrativas y ejecutivas, lo que finalmente desvía su energía y creatividad.

Recientemente, recibimos una encuesta a través de Miami Artist Census, cuyo lema invitaba a la participación de artistas para contribuir en lo que se llamó “Primer censo de artistas en la ciudad”. Respondimos pronto con mucho interés, pero con la certeza de que los resultados reflejarán lo que ya sabemos por experiencia: el sistema cultural artístico de Miami se está volviendo cada vez más restrictivo, generando que el potencial de innovación y crecimiento de organizaciones jóvenes y con presupuesto modestos se encuentren en riesgo. Sin embargo, estamos convencidos de que se puede replantear y modernizar este proceso.

La ineficiencia en la distribución oportuna de fondos para las artes pone en riesgo la vitalidad cultural de nuestra sociedad. Pero es posible re-imaginar y optimizar estos procesos para garantizar que las organizaciones culturales reciban los recursos necesarios de manera oportuna. Con una gestión más eficiente, sencilla, transparente y basada en el sentido común, podríamos fortalecer el panorama artístico, potenciando el talento local y asegurando que el arte y la cultura sean accesibles para todos.

Un nuevo enfoque para la gestión cultural

Desde The Opera Atelier, invitamos a las autoridades y organismos de financiación cultural (federales, estatales y locales) a considerar un replanteamiento colaborativo de los modelos de gestión. Creemos que, al combinar eficiencia, transparencia y compromiso, es posible fomentar y hacer crecer las artes de manera que sus beneficios lleguen a toda la sociedad.

Algunas de nuestras propuestas claves incluyen:

• Simplificar los procesos de solicitud y aprobación de subvenciones: Implementar mejores sistemas que faciliten la comunicación directa entre las organizaciones artísticas y quienes distribuyen los recursos, con tiempos de respuesta claros. Esto implicaría reducir trámites innecesarios que retrasan la entrega de fondos, permitiendo que las organizaciones puedan enfocarse primariamente en su labor artística.

• Establecer plazos claros y objetivos concretos: Definir tiempos más cortos para cada fase del proceso de aprobación de recursos, con el objetivo de evitar retrasos y desfases que afecten la programación cultural y las actividades artísticas. La simplificación de los canales de seguimiento y aprobación de recursos permitiría a las organizaciones responder de manera rápida y eficiente a las necesidades culturales.

• Promover y mantener la transparencia y la rendición de cuentas: Publicar informes periódicos sobre el estado de los recursos y la eficiencia en su distribución, para que la comunidad artística y el público puedan evaluar el impacto real de las políticas culturales.

• Impulsar una comunicación directa entre autoridades y artistas: organizar encuentros y foros que faciliten un diálogo sin intermediarios, donde se puedan identificar necesidades y construir soluciones colaborativas que beneficien a todos. Por ejemplo, en Miami se presenta una excelente oportunidad para que las artes escénicas accedan de forma más sencilla a espacios teatrales para realizar su trabajo, con la construcción de teatros que favorezca primariamente a artistas y organizaciones locales (*).

Con estas propuestas, se abrirían nuevas puertas para el crecimiento y la creatividad en nuestra comunidad.  La eficiencia y el sentido común son esenciales. Es crucial revisar y simplificar los procedimientos para acceder a los recursos, asegurándonos de que el tiempo y la energía de los artistas se dediquen a la creación y difusión del arte, no a trámites interminables, y muchas veces infructuosos. Los artistas deben poder concentrarse en su labor creativa, sin distracciones administrativas o burocráticas que desvíen su enfoque y afecten sus oportunidades. En el contexto de los fondos culturales, esto significa revisar y simplificar los requisitos y procedimientos para acceder a recursos, priorizando la eficiencia y la relevancia para el desarrollo artístico y educativo en fomento de las artes. Solo se debe dedicar tiempo a actividades que sumen valor. Para nuestras organizaciones, esto se traduce en dedicar recursos y energía a la creación y difusión del arte, en lugar de perder tiempo en trámites interminables que nos agotan, desaniman, y de alguna manera merman nuestras posibilidades de trabajo digno y reconocido. El tiempo de los artistas debe invertirse en la creación y difusión del arte, no en trámites interminables que limitan sus oportunidades. Las manos de un pianista no pueden estar lavando platos, la voz de un cantante no debería estar trabajando como cajero, un bailarín no debería estar de mesonero en las noches, ni un violinista manejando un Uber para sobrevivir.

El arte debe ser para todos

El arte es un derecho que debe pertenecer a todos. En la sociedad, el acceso al arte es para todos, o al menos así debería ser; como seres humanos, es imposible no llevar en nosotros una o varias inclinaciones artísticas, y reconocer en el arte un valor humano.  Nuestro equipo, compuesto por músicos, abogados, psicoanalistas, escritores, matemáticos y hasta expertos en inteligencia artificial (que juegan con ella como un niño con su juguete nuevo), trabajamos en la fe de sostener nuestra actividad porque aporta a la sociedad valor. Es por eso, que no solo somos capaces de cantar o tocar una nota afinada, sino también crear el diseño impromptu de un sitio web para una organización hermana.  Trabajamos en conjunto para crear y explorar nuevas formas en el arte de la Ópera. Esta diversidad de disciplinas es una muestra de cómo el arte puede conectar diferentes campos y enriquecer a la sociedad. Recordemos que, en la antigua Grecia, el arte jugaba un papel esencial en la vida pública y el desarrollo cultural. La música, el teatro, la escultura y la arquitectura no solo eran formas de expresión, sino también instrumentos educativos y hasta políticos. Y deberían seguir siendo lo mismo en nuestros tiempos.

Miami, por ejemplo, podría convertirse en un referente cultural que cada vez más potencie el talento de sus artistas locales y ofrezca experiencias artísticas de calidad para todos sus ciudadanos. Esta es nuestra apuesta, y aunque en estos tiempos tambaleemos, ¡afortunadamente hemos aprendido un poco a danzar en las circunstancias!

Un llamado a la acción

Nuestra invitación a las autoridades, artistas, organizaciones, donors, fundaciones, audiencia, y a todos los actores del sector cultural y artístico es simplemente a reflexionar sobre estas ideas y trabajar juntos por un futuro en el que el arte y la educación cultural no sean obstaculizados por procesos obsoletos, sino impulsados por la eficiencia y la innovación.

Los artistas son termómetros de nuestra sociedad, reflejan el nivel de nuestra democracia. No los descuidemos.

(*) Recomendamos leer en este mismo blog: The Silent Tragedy of Theaters and Performance Spaces in Miami.