El Legado de Sor Juana Inés de la Cruz: Una Ópera en Miami
- Jacqueline Solórzano

- 21 ago
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 11 oct
La Influencia de Sor Juana Inés de la Cruz
En los retratos de Sor Juana Inés de la Cruz, una figura imponente de rostro severo nos mira desde el pasado. Pero más allá de sus ojos penetrantes, un objeto captura nuestra atención: el medallón que cuelga de su pecho. La imagen que Sor Juana Inés de la Cruz lleva en el pecho —visible en sus retratos más conocidos— es un escudo o medallón de la Orden de San Jerónimo, ya que ella fue monja jerónima. Ese medallón no es decorativo ni personal: era parte del hábito jerónimo femenino y normalmente mostraba una pintura o imagen de la Anunciación, el momento en que el Arcángel Gabriel anuncia a la Virgen María que será madre de Jesús.
¿Qué secretos guarda esta pieza reglamentaria del hábito conventual? Aunque todas las monjas jerónimas portaban este emblema, en el caso de Sor Juana adquiere un significado trascendente. Como María, ella también fue receptáculo de una revelación divina, pero la suya fue intelectual. Su medallón jerónimo se convierte así en una declaración silenciosa de su verdadera identidad: una mujer elegida para anunciar al mundo que el conocimiento no tiene género, una monja que desde la tradición de San Jerónimo —el gran traductor y erudito— continuaría la misión de hacer accesible la sabiduría.

La Vida y Obra de Sor Juana Inés de la Cruz
Este medallón, que en las pinturas muestra la escena sagrada con exquisito detalle, tiene su contraparte en un enigmático camafeo de carey encontrado en 1978, un objeto real que nos conecta directamente con la mujer que desafió a su tiempo. Esa mujer, que se autodenominaba con una humildad casi dolorosa como "yo, la peor del mundo", fue aclamada en su época como "la Décima Musa", un reconocimiento a un talento que trascendía las limitaciones impuestas por su género.
En pleno siglo XVII, cuando el mundo intelectual estaba diseñado exclusivamente por y para hombres, Sor Juana se atrevió a ser una pensadora. Devoró tratados de filosofía aristotélica y tomista, dominó las matemáticas euclidianas, estudió astronomía ptolemaica y copernicana, y desarrolló una teoría del conocimiento que anticiparía siglos de epistemología. Rompió los moldes de la feminidad de su tiempo, no con la espada, sino con la pluma, defendiendo en su "Respuesta a Sor Filotea" el derecho inalienable de la mujer a pensar, a saber, a crear.
Su genialidad no se limitó a la poesía y el ensayo filosófico. Sor Juana también fue una música consumada, con conocimientos profundos de teoría musical y composición. Sus villancicos, como "Oíd el concierto"() o "Vamo turú a Belé*", no eran simples cantos religiosos; eran complejas arquitecturas poético-musicales que revelaban un dominio magistral de la retórica sonora. La música, para ella, era otro lenguaje para explorar los misterios del cosmos y del alma humana, una matemática divina hecha audible.
La Ópera "Juana Inés"
Ahora, esa alma rebelde, esa mente brillante, cobra vida en el escenario de Miami gracias a un acto de justicia histórica protagonizado por dos hombres músicos talentosos de nuestro tiempo. The Opera Atelier presenta con orgullo el estreno mundial de "Juana Inés", una ópera que representa mucho más que una producción artística: es un homenaje y reconocimiento por parte del libretista y pianista cubano Daniel Daroca, y el compositor venezolano Federico Ruiz, quienes se levantan al reconocimiento de tamaña figura intelectual y artística.
"Juana Inés" tomará vida con una magnífica puesta en escena que convoca también a destacados artistas de la ópera en Miami. Bajo la dirección artística del propio Daniel Daroca, ofrecerán al diverso público de la ciudad una obra de singular fuerza creativa. El estreno cuenta también con el privilegio de la colaboración de la prestigiosa organización Arts Ballet Theatre of Florida, que se suma con un pas de deux coreografiado por el maestro Vladimir Issaev. Esta fusión del ballet y la ópera promete una experiencia escénica verdaderamente multidisciplinaria. Asimismo, las voces del coro **Voices of Miami** enriquecerán la textura sonora del espectáculo.
Este gesto cobra una dimensión especial en nuestros días. Daroca y Ruiz, como artistas comprometidos con la actualidad, rinden un justo homenaje al papel fundamental de la mujer en las ciencias y las artes. Reconocen que la historia ha sido injusta con figuras como Sor Juana Inés de la Cruz. Su colaboración en esta ópera es, en sí misma, una declaración: que el talento femenino merece no solo reconocimiento, sino celebración. La música de Ruiz, forjada en la tradición operística y sinfónica venezolana, y el libreto de D. Daroca, quien a su vez lleva el rol de director musical y escénico del estreno mundial de la ópera en Miami, prometen crear una experiencia que honre tanto la complejidad intelectual como la profundidad emocional de la Décima Musa.
Las funciones de los días 27 y 28 de septiembre incluirán una conmovedora "Aria de Santa Teresa" compuesta por D. Daroca especialmente para el estreno de la ópera en Miami. En esta obra, el autor nos muestra la conversación imaginaria entre dos grandes místicas del mundo hispano.
Un Homenaje Visual y Sonoro
Bajo la dirección de producción de Xiomara Ponce y la concepción escenográfica de Jacqueline Solórzano, el público será conducido a un universo de resonancias matemáticas. El espacio visual se erige como un homenaje al espíritu visionario e innovador de Sor Juana Inés de la Cruz.
La ópera "Juana Inés" es una oportunidad única e irrepetible para que la comunidad de Miami sea testigo de un acontecimiento sui generis en la vida artístico-cultural de la ciudad. El estreno mundial previsto para los días 27 y 28 de septiembre en el Miracle Theatre en Coral Gables realmente es un milagro que incrementa el valor de Miami como metrópoli. The Opera Atelier, una vez más, presenta a su audiencia repertorio nuevo de ópera. Esto posiciona a la ciudad en el mapa cultural internacional como un lugar que no solo consume arte, sino que lo crea y lo estrena, a pesar de los innumerables tropiezos que las organizaciones de artes están padeciendo en estos últimos tiempos.
La Importancia de Asistir
No te pierdas la oportunidad de ser parte de la historia cultural de Miami. Asiste al Miracle Theatre y ven a descubrir la pasión, la lucha y el genio de Sor Juana Inés de la Cruz en esta espectacular producción de The Opera Atelier. La obra convoca a grandiosos artistas locales del canto lírico como: Silvia Ludueña, Greisel Domínguez, Patricia Arcadí, Jorge Arcila, Yohan Rodríguez, Karel Morell, Ana Miriam Santana, entre otros artistas comprometidos con llevar arte a la ciudad.
Tu butaca te espera para ser testigo de cómo el arte, una vez más, nos demuestra que las ideas más poderosas no pueden ser enclaustradas. Dos artistas contemporáneos y el equipo de artistas y profesionales de The Opera Atelier honran el legado de una mujer que, desde la quietud de su celda, cambió para siempre nuestra comprensión del potencial humano.
¡Los vemos en la ópera!
(*) Villancico de Sor Juana Inés de la Cruz (1648-1773)
Musicalizado por Manuel de Mesa (ca. 1725-1773)
Oíd el concierto
Oíd el concierto que atentos los cielos,
con pasmo de oírlo, suspenden su acción.
Y es que una Divina y Humana Maestra
de voces y músicas da una lección.
Si oís la armonía de un Verbo que suena
tan dulce soprano que admira su voz,
es que una Maestra de voces y músicas
los ecos suspende, los ecos suspende,
los ecos suspende de su diapasón.
Y este dulce Verbo, en la excelsa Silla,
la pura materia del más blanco son,
tiene por báculo el compás de un cetro,
y su bien templada disposición
al orbe le enseña la bella teoría,
y al hombre le dicta la dulce lección.
Tórpido de espíritu, el hombre yacía,
que entre el sí del hombre y el no de su Dios,
y del Cielo el Becuadro, junto al Bemol de la Tierra,
junto al Bemol de la Tierra,
junto al Bemol de la Tierra,
formaban un duro semitono atroz.
Y de Fa a Mi, enteramente culpado,
diversas estaturas les causó el error,
y unió de tal modo la culpa y la pena,
que a un átomo Fa de la nuestra sazón,
de la nuestra sazón,
de la nuestra sazón,
le siguió un Mi grave de eterna aflicción.
Dividen las mismas las voces humanas,
que en tanto que dicen distintos acentos,
les une el metro de un encanto amable,
porque ninguno disuene en el Coro,
porque ninguno disuene en el Coro,
porque ninguno disuene en el Coro,
y todos alaben a un Verbo y a un Dios.
¡Ay! que si una vez el alegre de Adán
nos mereció el llanto,
y con sonoras atabales,
el son del Sacramento,
moviendo el son del Sacramento,
moviendo el son del Sacramento,
nos dio la vida, nos dio la salud.
Y para la lluvia que el tiempo ofrecía,
levantar la voz es lo justo, es razón,
para que en el alto promusicae,
que es su nombre eterno,
y su nombre eterno,
y su nombre eterno,
y contemple, y contemple,
y contemple la gloria de Dios.



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